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El pasado sábado celebramos en nuestra sede central de Campañó el cuarenta y tantos, (donde 40 tiende a cero y tantos a infinito) cumpleaños de Anita. Rodeados del nuevo mobiliario y con la flamante vajilla decorando la mesa, tras los aperitivos de rigor compuestos de patés y patatillas, comenzamos el ágape con dos espléndidas y crujientes empanadas de Lolita do Vago, ambas rellenas hasta los topes de vieiras y zamburiñas. Luego de devorar tal primer plato con buen apetito, llegó el segundo, mejor dicho los segundos: un humeante y aromático estofado de jabalí, material culinario aportado por Begoña y procedente de sus cinegéticos parientes y (por si no era bastante) otro estofado de toro de lidia que teníamos guardado de la última temporada taurina de Pontevedra.
Aunque habíamos pensado acompañar las carnes con unas castañas pilongas del Caurel, estas resultaron ser de la variedad pétrea diamantina, ya que tras dos dias de remojo hirvieron durante mas de dos horas sin que consiguiéramos ablandar los frutos lo suficiente como para servirlos a tiempo, lo que nos hizo desistir de la guarnición y consumir las carnes a palo seco con el estupendo pan que trajo Germán para la ocasión. Para remojar todo esto, verdejo de Rueda y buen tinto de Rioja.
Ya ahítos de darle al diente, empezó la procesión de postres: exquisitos flanes de coco y café elaborados por la homenajeada con sus manitas, y sabrosas rosquillas anisadas que aportaron Marian y Suso. Abrióse la veda a partir de aquí y tras los cafés nos dedicamos a darle al chupito y a la queimada gonzalesca durante varias horas de animada tertulia, con el imprescindible cumpleaños feliz y la correspondiente entrega de regalo, mientras un violento chubasco ponía fondo musical a la celebración, ya que por esta vez (oh, milagro) no hubo el habitual concierto de nuestro grupo de voces blancas (ó tostadas ó de herbas, dependiendo de la caña elegida para pescar el tono), para alivio y descanso del vecindario.
FELIZ CUMPLEAÑOS, ANITA
