BEGOCHURRASCO

 

El domingo teníamos evento cumpleañero en el local social de esta asociación, y allí aparecimos para celebrar y felicitar a Bego en sus taitantos.

Como el tiempo era espléndido (aversiseacabaelputoinviernoya) se montó el tema en la explanada exterior, bajo un sol leve y confortable.

Como primer plato, las lonchitas de jamón cortadas impecablemente por Gonzalo con su cuchillo especial y buenas rebanadas de pantumaca, mientras sobre las brasas crepitaba el clásico churrasco gallego, que nos zampamos en amigable charla acompañado de sus botellas de Semele.

Como postre, dos estupendas tartas primorosamente decoradas y los cafés y surtido de licores, para dar paso a la entrega de obsequios y a un buen rato de música y conversación hasta que el atardecer nos indicó la prudente hora de volver a nuestros hogares.

FELIZ CUMPLE, BEGOÑA

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LA SERPIENTE DE CORINTO

 

Celebramos el pasado sábado el sagrado rito anual consistente en la degustación, deglución y posterior digestion de la lamprea a la bordalesa.
En un principio estaba planeado desplazarnos hasta As Neves a tal fin, pero al final decidimos evitarnos el pesado viaje y reservamos mesa mas cercana, en el restaurante Corinto de Alba.

Como siempre, mientras iba arribando el personal, preparamos el paladar para la degustación de la dulcísima sangre del feo bicho con unos albariños por las tascas del lugar.

Ya reunido el equipo al completo, nos pasaron al coqueto comedor, que nos sorprendió por el contraste con el feo y cutre bar del establecimiento.

Tras la elección de vinos apropiados para tan especial ocasión, llegaron los entrantes (recuerdo unas puntillitas impecables), seguidos de las cazuelas humeantes con su arroz (el animal estaba un poco duro, pero sabroso y perfectamente comestible).

Los que padecen de lampreofobia, pudieron devorar a sus anchas los platos de la carta que cada quien eligió, y de los que no hubo una sola queja.

A la postre, los postres: tocinillo de cielo y otras deliciosas labores de pastelería. Los cafés y chupitos dieron por terminado el trabajo, por lo que pedimos el oportuno permiso al dueño del local, y dado que el comedor había quedado desierto, sacamos los instrumentos y libros de letras para ejercitar nuestras cuerdas vocales durante varias horas.

A la salida, decidimos tomar un refresco en la Muiñada da Barosa y se disolvió la reunión, aunque algunos acérrimos aún llegamos hasta Caldas para tomar unos vinos.

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