martes, 25 de enero de 2011

COCIDO BÓRICO

 

DSCN4226 Con motivo de su cumpleaños, nos invitaron Gonzalo y su costilla a su residencia de verano en Bora para una comida celebrativa.

Allí nos dirigimos, sin olvidarnos de la imprescindible parada en el Bodegón Dios para cumplir con el dominical rito de degustar una vez más su divino pulpo (manjar de dioses) y su aterciopelado tinto, que este año está mejor que nunca, si cabe.

DSCN4254 Ya en Bora, nos esperaba en la cocina un delicioso surtido de entrantes, que atacamos sin dilación con las primeras botellas y vermuts, para luego pasar al comedor a relamernos con un gran cocido precedido de la sustanciosa sopa elaborada con el caldo de cocción de las carnes.

A los postres, la tarta de cumpleaños y el necesario soplado de velas previo a la entrega de regalos: una motocicleta de repuesto, aceite lubricante y un bonito reloj. Tras la ceremonia, cafés y licores que consumimos durante toda la tarde en animada y cordial conversación.

FOTOS

Á TABERNA DE REY, QUIZÁS NON VOLVEREI

 

Siempre, al pasar por Curro, veíamos un establecimiento llamado A taberna de Rey que a primera vista tenía buena pinta. Acuciados por la curiosidad, organizamos una cena a fin de comprobar si allí se servía algún manjar que valiera la pena.

Una vez reunidos en el lugar, subimos al bonito comedor de la primera planta para sentarnos a la mesa y pasar al local el oportuno test. Comenzamos con un pulpo a la cazuela con nata extraordinario, que por si solo ya merece una visita, para luego continuar con unas tortillas, gambas al ajillo y otras variadas raciones.

La euforia provocada por el sabroso entrante se tornó en decepción al comprobar la mediocre elaboración de los platos siguientes: una tortilla casi quemada y sobrada de sal, y las gambas con un sospechoso tufillo a moho.

En resumen, que aparte del estupendo pulpo anteriormente mencionado, la cocina no es cosa del otro mundo, con lo que si algún día volvemos, nos limitaremos a pedir la sabrosísima preparación y quizá un churrasco con buena presencia que vimos pasar camino de una mesa vecina.