miércoles, 23 de febrero de 2011

EL SILENCIO DE LOS CORDEROS

 

DSCN4330 Teniendo encargados desde hace tiempo dos tiernos corderos lechales criados en el ecológico y paradisíaco lugar de Presqueiras, al fin llegó el momento del sacrificio y posterior degustación de dichos ovinos, noticia que recibimos con indecible júbilo.

Para proceder a su asado, reservamos lareira y mesa en el habitual furancho de Siso en Barrantes. Antes de quedar con los comensales, transportamos los cadáveres de los pequeños animalitos convenientemente troceados al local, amén de un saco de mejillones de Cambados que servirían, junto con unas tortillas y ensaladas, como platillo previo a la degustación.

DSCN4292 De allí nos encaminamos al punto de encuentro, la vinoteca Bocacho, lugar habitual de reunión en la villa del tintorro, a donde escalonadamente fueron llegando los convocados, para dirigirnos, una vez hecho el recuento, de nuevo a la bodega, donde ya el fuego crepitaba dispuesto a acoger en su seno a los difuntos bebés-cordero.

DSCN4290 Ya en la mesa, empezamos con las tortillas apalabradas, para seguir luego con los humeantes moluscos mientras de la hoguera nos llegaba el sustancioso aroma del asado, que atacamos ferozmente aunque, quizá debido a la impaciencia, las primeras tajadas estaban un poco "al dente", todo acompañado en el apartado líquido por los buenos caldos que se elaboran en la casa. Como alternativa para los esquiroles que no aman el cordero, unas tiras de churrasco asadas paralelamente en el brasero.

De postre, filloas rellenas de Susi y un bizcocho de chocolate y plátano elaborado por Anita, los cafés y una dilatada sobremesa al amor de la lumbre hasta la madrugada, momento en que abandonamos el lugar con todo bien digerido para tomar, a modo de colofón, los digestivos combinados del Ché.

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