lunes, 8 de septiembre de 2008

IN BELUSO VERITAS

percebes Tomando como excusa que nuestros aficionados al deporte de meter goles con la mano debían desplazarse hasta Bueu para ver un importante partido del Teucro, nos dirigimos hacia Beluso para administrarnos un tratamiento de urgencia a base de saludables frutos del mar, como antídoto contra la intoxicación proteínica producida por los anteriores días de frenesí carnívoro.

brunos Como es habitual, nos reunimos antes en A Centoleira para tomar unos blancos como aperitivo, para después enfilar la cuesta que nos conduce al templo secreto del marisco que visitamos con devoción cada dos por tres. Instalados bajo la parra cargada de uvas a punto de vendimia, empezó la procesión de aromáticas fuentes de variados crustáceos y moluscos (percebes, navajas, bruños, camarones...) regados con la cantidad necesaria de botellas del buen blanco de la casa, para terminar con unas empanadas de rape y pulpo de sabor irreprochable. A los postres, las celebradas chulas y una empanada de manzana en delicioso hojaldre.

Aunque habíamos decidido terminar la digestión descifrando petroglifos en la playa de Mogor, en su lugar acabamos en la fabulosa terraza de Juan y Dolo, que amablemente aceptaron la bárbara invasión y nos obsequiaron con unos cafés acompañados de una dulce especialidad compostelana y unas galletitas Royal Canin, dando aquí por terminada la excursión dominical.

FEIRA FRANCA EN PONTUS VETERIS

ffranca (Small) En el noveno mes del ano del senor 2008, celebrose en la muy noble ciudad que fundara el troyano guerrero hijo de Telemon et Hersione, (a donde llego con una grande calentura en pos del tanga de la escurridiza sirena Leucoina), la anual et medieval et bacanal Feira Franca. Con las callejas de la villa tomadas por una miriada de mercaderes et visitantes vistiendo sus mejores galas et dedicados a la muy noble actividad del comercio et el bebercio, abrimos los apetitos con unos jarros de buen vino en diversos figones mientras por las calles se desparramaba el estimulante aroma de jugosos asados entre cantidades de paja decorativa suficientes para alimentar varias granjas caballares y una cabra.

A la hora convenida con el mesonero, llegamos a la posada Ruas, a cuyas puertas esperaba la mesa en la que dimos cuenta del menu que teniamos apalabrado, compuesto de salpicon medieval, fabada medieval et carne o caldeiro medieval con patacas medievales, culminado todo por el habitual postre medieval et los vinos e infusiones medievales correspondientes.

Otrosi, por si el estruendo era poco, durante todo el banquete dionos la tabarra una indeterminada cantidad de trovadores pertrechados de gaitas, tambores, citaras y otros muy variados instrumentos. Cuando ya nos disponiamos a huir en franca retirada repartiendo mandobles a diestro et siniestro, los susodichos juglares premiaron nuestra paciencia entonando sin previa peticion nuestro himno oficial Alfonsodaherba, lo que calmo los animos guerreros y les libro de perecer estrangulados por nuestras huestes enfurecidas.

Apretujados como ostras en barril, conseguimos a duras penas tomar unas infusiones entre disquisiciones de que siestabas, que yonofui et que si jamasmeencontrarasenSoutomayor, antes de retirarnos en busca de los carruajes para emprender la marcha hacia nuestros apacibles castillos, ahitos de comida, bebida y estruendoso ambiente ferial.

TARDE DE TOROS EN EL ARCA DE ABEL

abel (Small)Parece mentira (el tiempo vuela), pero ya hace un año que celebramos la ultima degustación del renombrado estofado de toro de lidia del Bodegón Arca, de la mano de nuestro señor Don Abel. Como el número de comensales no era excesivo, se obvió la necesidad de bajar a las mazmorras, tomando esta vez como escenario el taurino teatrillo de la planta baja, mucho mas confortable y acogedor que aquel lóbrego lugar.

abel1 (Small) Tras unos chipirones y unos pimientillos de Padrón, llegó el astado ante nuestros platos, a cuya lidia nos dedicamos con denuedo hasta agotar hasta el último centímetro cúbico de nuestra capacidad estomacal. Para esta vez conseguimos convencer al anfitrión de la conveniencia de evitar el acre y basto Milennium, sirviéndonos en su lugar un rioja Añares de aceptable calidad que ayudó sobremanera a apreciar el estupendo sabor del guiso, impecable como siempre. Y de postre, la legendaria tarta helada al 100 pipers, sobremesa fija en cada edición de este taurino evento anual.

En ausencia de un fotógrafo profesional que tomara las imágenes necesarias para el habitual reportaje que nos dedica el Diario de Pontevedra, el mismísimo Abel ejerció de paparazzi improvisado a tal fin. Esperamos ansiosos ver la noticia publicada proximamente a todo color en el rotativo local.