El pasado domingo estuvimos por tierras de Arzúa, en un curioso lugar situado en Pantiñobre, especie de masía catalana teletransportada a Galicia, llamado Casa Assumpta.
Es propiedad de un ex-joyero barcelonés muy dicharachero y sirven un menú típico catalán, con una parafernalia que a las gentes del Oeste se nos antoja cuando menos exótico.
Tras un vino previo en la capital, empezó la cosa en una carpa anexa, donde como entrante y tras ataviarnos con unos divertidos baberos antilamparones, comimos "calçots" (brotes tiernos de cebolla asados a fuego lento sobre una parrilla).
Los susodichos se sirven sobre una teja ( de tejado, no de confitería) y se comen a la manera de los espárragos (de ahí lo del babero), acompañados de una salsa parecida al romescu elaborada a base de aceite, tomate, vinagre, almendras, avellanas, yema de huevo y ñoras. Y para mojar el gaznate, cava fresquito en porrón.
Una vez supervitaminados y mineralizados por la flatulenta y antioxidante verdura, pasamos al comedor para continuar con un variado surtido de especialidades mediterráneas: pá amb tumaca i pernil, escalibada, butifarra amb mongetes y cordero con allioli. Todo ello coronado por una rica crema catalana.
Terminamos el día con un paseo digestivo por la ribera del embalse de Portodemouros y la preceptiva visita al Museo vivente do mel, y después de un café pal camino, nos despedimos hasta otra.
Añadimos el lugar a nuestra extensa colección de favoritos y sin ningún género de duda volveremos en la próxima campaña.
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