DOMINGO PEPERO

Teníamos planeado pasar este domingo desmenuzando centollos con Suso y Marian en su furancho privado de P.P. (Praia Pragueira, je, je), pero dado que el material disponible en lonja no pasaba nuestro estricto control de calidad, hubimos de cambiar el menú por un soberbio churrasco completo, con su cerdo, su vacuno, sus criollos y su ensalada, a riesgo de atorar un poco más nuestras maltrechas arterias.

Personados en el lugar y mientras se preparaba el fuego churruscador, engañamos al gusano con unos platillos de jamón y unos vermuses, para luego sentarnos a la mesa a degustar los entrantes: grandes fuentes de camarones y las clásicas tortillas de Anita, que devoramos con fruición, para después entregarnos a consumir los costillares, todo esto con buen albariño y unos botellones "magnum" de Rioja.

Como postres, una tarta de tiramisú de la confitería Carlos de Sanxenxo y unas bolas de helado de chocolate frito, amén de los cafés y chupitos de variados licores que calentaron al personal y nos hicieron cantar como calandrias hasta el atardecer, mientras el gato, como amante de la comida fresca que es por naturaleza, no perdía de vista a un pajarillo que se había posado tras los cristales y parecía estar diciendo cómeme.

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