
A los postres (cañas y tejas, como manda la tradición), entonamos nuestros habituales y digestivos cantos de guerra, serenata a la que se sumaron comensales de las mesas vecinas e incluso una empleada del local, a la sazón pandereteira, que obtuvo de la amable Aurora un permiso temporal para colaborar con su instrumento en la parte musical.

En esta ocasión contamos con la inestimable presencia de Victoria, delegada de la zona de A Mariña, que acudió presta a la cita con el sabroso molusco.
Reportaje completo:http://picasaweb.google.com/anayperal/SanFroilan2007
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