SABINOFILIA

 

Este jueves se celebró la fastuosa inauguración en Lalín del nuevo espacio Lalín Arena con un concierto de Joaquin Sabina dentro de su gira "Vinagre y rosas".

Como incondicionales suyos que somos, allí estuvimos para menear a gusto el esqueleto al ritmo de su música. Como el evento coicidía con la hora de la cena, antes de entrar nos desplazamos a la pulpería Roque para acondicionar los bandullos con unas raciones de notable pulpo (no se llamaba Paul ni era adivino, pero estaba estupendo), carne richada y calamares, con su buen mencía acompañando la colación.

Después, en el faraónico polideportivo casi lleno hasta la bandera de gente con ganas de marcha, disfrutamos de una actuación que mostró a un Joaquín en plena forma con su flamante título de Cabaleiro do Cocido,  que se desgañitó para nosotros durante mas de dos horas, sin escatimar en bises y contentando al respetable como siempre lo hace.

A la salida, deshidratados por el tórrido ambiente del interior, hubimos de tomarnos unos refrescos para apagar la sed antes de regresar a casa.

Contó también el evento con la institucional presencia, en medio de un impresionante despliegue policial, de Frijolito César, emperador de Gallaecia, acompañado de su cohorte de aduladores y conselleiros varios.

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