martes, 5 de agosto de 2008

ALBARIÑUS CAMBADENSIS ANUALIS, COSTUMBRE SANA EST

91 Nunca nos perdemos en Cambados la multitudinaria convención de borrachuzas llamada Festa do Albariño. Personados en la ramoncabanillica villa, nos encaminamos hacia A dos Piñeiros, un bonito local de reciente apertura, con el ánimo alevósico de descorchar las primeras botellas de la noche. Acompañados de unos mejillones y unas setas rebozadas, dimos cuenta de un par de envases del clásico y aromático Martín Códax que hicieron el camino de regreso mucho mas llevadero.

Una vez arribados al recinto ferial y pertrechados con la copa al cuello, empezó la alcohólica procesión de capilla en capilla. Entre otras, fueron objeto de cata las casetas de Palacio de Fefiñanes, Granbazán, Santiago Roma y Paco y Lola.

Albarino14 Después de la sufrida e inevitable espera a las puertas de la Taberna do Trasno en espera de una mesa del tamaño suficiente para acoger a todos los expedicionarios, conseguimos al fin que nos sentaran y nos dedicamos con buen apetito a degustar los ricos platos que sirven en dicha tapería cambadesa (riquísimos chipirones,braseado de verduras, queso a la plancha con mojos canarios y tablas de embutidos), amén de un variado de postres (brownie impresionante, flan casero, tartas de queso y piña) calificado de excelente por el personal. Para remojar la cena degustamos algunas botellas mas de Paco y Lola.

Ya con los bandullos reforzados, enfilamos hacia el local del Xuven (Club de baloncesto de Cambados)  para tomarnos unas copas en su marchoso ambiente. Con ánimo discotequero, intentamos infructuosamente acceder a Zao, con lo que acabamos desistiendo e instalándonos al fresco en la terraza del Cafe del Mar ante unas bebidas sin alcohol, para disipar parcialmente el riesgo de encuentros desagradables con la ley al regreso.

Ya próximo el amanecer, los pocos que aún no habíamos desertado, terminamos la agotadora jornada con un humeante chocolate y unas barritas de harina frita de la Churrería Merchi. Como uno no gusta demasiado de los palitos hidratocarbónicos, envidioso de los tiernos infantes que revoloteaban por el lugar, se merendó una enorme nube de algodón de azúcar rosa, acabando mas pegajoso que un masaje de SuperGlue.

En fin, que el año próximo acudiremos puntuales a la cita. El vino es un líquido excelente: aviva la mente, limpia el diente y sana el vientre.

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